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Nuevo debate sobre la Gran Mezquita

DW WORLD/jp3 de junio de 2007

La construcción de la Gran Mezquita de Colonia causa división de opiniones en la sociedad local. Uno de los críticos al proyecto, el escritor Ralph Giordano, ha recibido amenazas de muerte.

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Musulmanes rezan en la actual mezquita de la UTI.Imagen: picture alliance/dpa

El local ocupa la esquina de dos calles principales en la ciudad de Colonia. A un lado puede verse un edificio de doce pisos de alto que ocupa una empresa de bienes raíces. Del otro están las oficinas de la Deutsche Telekom.

Symbolbild Islam Kopftuch Muslime
Los musulmanes son acusados de no integrarse a la sociedad alemana.Imagen: picture-alliance / Keystone

Cerca de una estación de combustible yace una fábrica que parece en ruinas; gris, endeble e inocua desde el punto de vista arquitectónico. Desde 1984, ésa ha sido la casa espiritual de más de 3 millones de musulmanes que viven en Alemania.

Pero está a punto de ser remodelada. La Unión Turca Islámica (UTI) planea utilizar fondos propios para renovar su cuartel general y constuir una mezquita con dos alminares, así como un centro cultural para la comunidad.

Plazo cumplido

Como era de esperarse, este plan ha dividido a la ciudad de Colonia. La oposición es copiosa, pero también se han dado muestras de apoyo a la organización. ¿El argumento? Ya era tiempo de que los 120.000 musulmanes que viven en Colonia tuvieran un sitio apropiado para practicar su religión.

"De momento, la situación es terrible", dice Bekir Aboga, encargado de relaciones interculturales e interreligiosas de la UTI. "La gente reza en el aparcamiento, aún cuando el invierno es crudo y hace frío, llueve o nieva. ¿Dónde se supone que los musulmanes acudan a orar, cuando católicos y judíos cuentan con sus propias y representativas casas de Dios? ¿Es verdad que debemos rezar sobre el asfalto, bajo el calor asfixiante del verano?"

Resistencia de la ultraderecha

No todos en Colonia comparten los puntos de vista de Aboga. Muchos menos el movimiento Pro-Colonia, de extrema derecha. Miembros de esta asociación afirman que ya hay 45 mezquitas en Colonia –principalmente en fábricas abandonadas, almacenes y comercios—y que con ello se colman las necesidades de la comunidad musulmana.

El líder del grupo, Manfred Rouhs, dice que un gran centro cultural para los musulmanes solamente contribuirá a que éstos formen una sociedad paralela en vez de integrarse a la alemana.

"Esta gente sólo habla turco", agrega. "No ven ninguna necesidad de aprender el alemán, y nosotros pensamos que eso está mal. Por eso criticamos a este proyecto". Considera además que hay una diferencia entre musulmanes que se reúnen a orar, y judíos que asisten a sinagogas en Alemania.

Tag der offenen Moschee
En Alemania se celebra el "Día de las mezquitas abiertas".Imagen: AP

"Los judíos hablan alemán, y han vivido en Alemania desde hace cientos de años. Por eso no son un problema", dice Rouhs.

Debate en la comunidad judía

El debate también ha dividido a la comunidad judía. El escritor y periodista Ralph Giordano, sobreviviente de un campo de concentración nazi, entró a la discusión con un furioso alegato contra la mezquita: dice que propicia lo que llama "la fallida integración" en Alemania.

En vez de ésta, asevera en un artículo para el Stuttgarter Nachrichten, "lo que hay es un choque de dos culturas completamente distintas. Y lo importante es saber si será posible reconciliarlas."

Sus comentarios le han atraído amenazas de muerte, según afirma. "¿En qué estado nos encontraremos, para que yo me enfrente a la posibilidad de sufrir la fatwa en Alemania?".

Su colega, Rafael Selligman, dijo al Westdeutsche Allgemeine Zeitung que la posición de Giordano tiene raíces en su infancia. "El hecho de haber sido perseguido por los nazos durante su niñez le ha carcomido el alma", señala.

Betende Muslime in Kreuzberg
Millones de musulmanes viven en Alemania.Imagen: AP

También explica que muchos judíos en Alemania están preocupados por los llamados radicales a destruir Israel; al mismo tiempo, insiste en que Giordano no debe hacer de sus propios miedos un arma para despojar a los musulmanes de sus derechos.

Atracción turística

Muchos ciudadanos han tenido oportunidad de manifestar sus objeciones a la construcción de la mezquita, pero se basan ante todo en aspectos como los congestionamientos de tránsito en las de por sí abarrotadas calles de Ehrenfeld, así como en la altura de los alminares.

Otros simplemente se manifestaron para decir cuán felices estaban de que Colonia finalmente tuviera una mezquita digna de tal nombre. Marlis Brederhorst, encargada oficial de la ciudad para asuntos de integración, está convencida de que la mezquita le hará bien a Colonia.

"Es maravilloso", dice. "Es una ciudad conocida por sus iglesias, pues sus edificios más hermosos son éstas. Ahora tendremos una atracción turística más. Y esto es bueno para la integración de los musulmanes en Colonia pues será un rexcinto del cual estarán orgullosos."